viernes, 18 de enero de 2013

Trazos


Trazos

En esa casa siempre hay luz, todo está a pedir de boca, como en un cuento. En esa casa el aire se detiene a medias por entre los corredores tejiendo sombras como se tejen los alfileres a las nubes. En esta casa viven mi madre y su sombra. Son un par de siamesas meciéndose frente al barandal de arquitos de teja, siempre con el mismo libro en la mano, abierto, lleno de milagros inútiles.

En esta casa nací y nunca he salido de ella. La miro como se mira al mundo, desde un umbral de asombro que no deja de tener nuevos secretos color grieta, color adobe, color mosaico de formas de alcatraz caído con púrpuras y azules, color telaraña.

Últimamente me dedico a dibujar mapas de mi casa. Juego a que soy el arquitecto que va a construirla, primero marco el área; cien pasos de un lado y doscientos del otro, armo los chorizos pasillos que la abarcan. Los trazo como las ramas abrazan a los árboles, rodeándolos.
Luego dibujo los cimientos, tierra adentro hasta el mismo núcleo de nuestro terreno rojizo, donde cuando llueve, el lodo es mole de jitomate y almendra dulce.
Pinto los pasillos mientras corre mi gis por las paredes atravesadas por cuartos. Cuartos que nadie abre y otros que nadie cierra.
Todos dan al mismo patio color sombra de helechos, color bugambilia, color macadamia.

Es el mismo patio que mi madre mira fijamente esperando que alguna hoja le comparta ese secreto. El que se supone debiera estar escondido entre las páginas de su libro, pero que ella, aún no encuentra.

Cuando llego a esta parte de mi mapa me detengo. Sé que el pasillo de atrás también tiene su patio. Y que es más oscuro porque está techado. Y da a la calle donde se escuchan ruidos cada vez más monstruosos.

Ruidos que nos van a devorar algún día, yo lo sé; cuando la puerta se abra y mi padre ya no pueda contenerlos.

Los ruidos entrarán, explorarán la casa como si ella misma fuera las siamesas tapiadas en la mecedora, perseguirán a mi padre hasta probar su crimen y me llevarán al fin a mi caja vacía. Y es que aquí todos: yo, el aire detenido a medias, madre y su sombra, estamos muertos.

Enero 18 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario